Vamos directos al grano, te vamos a explicar cómo encender una barbacoa de carbón.
Una de las desventajas de utilizar una barbacoa de carbón es que los novatos encuentran muy difícil encenderla la primera vez que la usan.
El principal problema con el que se encuentran, es estabilizar la temperatura o el calor de la parrilla, lo cual es muy sencillo en una barbacoa de gas.
No obstante, la parrilla de carbón tiene sus propios puntos fuertes, por ejemplo:
- Las barbacoas son más baratas
- El combustible es más barato
- Lo que es más importante, el sabor ahumado.
No te preocupes si estás usando una barbacoa de carbón por primera vez o eres todo un cocinillas, ésta guía te ayudará en cada paso.
Si ya eres un experto en cocinar con barbacoas de carbón, quédate ya que quizás descubras alguna cosa que no sabías, algún truco o consejo.
¡Vamos allá!
Consejos y procedimientos antes de cocinar con barbacoas de carbón
Ubicación:
Es muy importante que antes de empezar siquiera a encender la barbacoa, busques muy bien la ubicación de la misma.
Debería estar alejada de cualquier material inflamable (ramas secas, papel, líquidos inflamables…), porque aunque quieras evitarlo, es posible que salten ascuas del carbón, y puedes provocar un incendio.
La superficie donde la pongas, debería estar nivelada y ser resistente al calor (como baldosas o pavimento), si no dispones de superficies de ese tipo, intenta buscar un trozo de tierra lo mas limpio posible.
También deberías mantener la barbacoa alejada de ventanas, para evitar que se te llene la casa de humo y olores (y créenos que el olor a ahumado cuesta mucho de quitar).
Limpieza
Limpia la parrilla quitándola de la barbacoa siempre que sea posible, también debes quitar todos los restos de carbón y cenizas que puedan quedar.
Puedes utilizar productos de limpieza específicos para ello.
Encendido
Encender el carbón es una parte esencial, particularmente para aquellos que utilizan el carbón por primera vez. Existen diferentes maneras de encender el carbón.
Chimenea de carbón
Una chimenea de carbón se utiliza en el caso de que estés utilizando sólo carbón y no briquetas de encendido ni líquido inflamable.

El carbón solo, por sí mismo, es bastante complicado de encender. La chimenea de carbón tiene agujeros en la parte inferior que permiten un flujo de aire óptimo y ayudan a iniciar la combustión.
Para encender el carbón, pon un papel de periódico o de cocina arrugado en la parte inferior de la chimenea, y después llénala hasta arriba con carbón. Aprovecha los agujeros para encender el papel y espera a que el carbón esté blanco ceniza.
Líquido de encendido
Los líquidos de encendido contienen petroquímicos que ayudan a encender el fuego. Haz una pirámide con el carbón vegetal y vierte por encima líquido de encendido.
Enciéndelo con cerillas o un encendedor. Es una opción más barata, pero también es más peligrosa que el encendido con Chimenea, ya que el líquido es un combustible muy volátil, así que asegúrate de no poner ni la cara ni el cuerpo cerca cuando vayas a encenderlo.
Como consejo, espera a que el líquido esté completamente quemado antes de empezar a cocinar, si no todos tus alimentos sabrán a petróleo o gasolina.
Briquetas de encendido
Las briquetas de encendido es una de las maneras más extendidas de encender una barbacoa de carbón, ya que es una opción más barata que las chimeneas y mucho menos peligrosa que el líquido de encendido.
La manera más típica de usarlas es parecida a la anterior, sólo que deberás poner primero las briquetas y luego carbón por encima en forma de pirámide. Puedes usar sólo briquetas si quieres, pero queman mucho más rápido que el carbón normal.
Sea cual sea la forma que elijas, es tu decisión en base al presupuesto y materiales de los que dispongas, y todas son perfectamente válidas.
Una vez encendido el carbón, deja que queme durante unos 10-15 minutos, podrás empezar a cocinar una vez el carbón este blanco por fuera y rojo brillante en el interior.
Pasar el carbón a la barbacoa
Vale, ya tenemos el carbón encendido y listo para cocinar, es el momento de pasarlo a nuestra barbacoa.
Si ya has encendido el carbón en la misma barbacoa (lo que puede ser habitual), asegúrate de que esté esparcido de forma uniforme para que el calor quede repartido por toda la superficie de la parrilla.
Si tu barbacoa dispone de rejillas de ventilación, asegúrate de tenerlas abiertas, ya que el flujo de aire permitirá que el carbón siga encendido, de lo contrario se apagará muy rápido.
Como norma general, no deberías usar carbón húmedo, pero si quieres aprovechar los restos de ese saco que quedó de la última barbacoa, añádelo al final, cuando todo el carbón esté al rojo vivo para que se vaporice el agua.
Consejos y técnicas mientras cocinas
Pre-calentamiento y aplicación de aceite a la parrilla
Un buen consejo, es permitir que la parrilla se caliente lo suficiente para evitar que la carne se quede pegada, lo que suele ser bastante habitual en los cocineros novatos. Con unos 10 minutos de calentado debería ser más que suficiente.
Otro consejo, es que, antes de cocinar, puedes engrasar la parrilla con aceite de oliva o vegetal (como hacemos al cocinar en una paella), eso sí, ten cuidado si lo haces cuando la parrilla esté ya caliente, porque puedes quemarte.
Cómo ventilar el carbón
A diferencia de las barbacoas de gas, en las que puedes regular la intensidad de la llama con el dial, la única manera de hacerlo en las barbacoas de carbón es abrir las rejillas de ventilación (si las tiene) o bien insuflar aire al carbón.

Al abrir los respiraderos o “soplar” el carbón, aumenta la concentración de oxígeno, sube la temperatura y el carbón se quema más deprisa.
Deberás también vigilar las cenizas que se van generando si estás mucho rato cocinando, ya que si se forma una capa de cenizas lo suficientemente gruesa, bloqueará el flujo de aire y apagará el carbón.
Diferencias entre el calor directo y el calor indirecto
Es muy importante conocer la diferencia entre estos dos aspectos, sobre todo cuando se utiliza una barbacoa de carbón por primera vez. Es evidente que más carbón significa más temperatura, pero debes tener en cuenta que alimentos vas a cocinar.
Los alimentos que estén encima del carbón (centro) se cocinarán mucho más rápido que los que pongas alejados.
Si es tu primera vez, te recomendamos que en la medida de lo posible, repartas el carbón más a hacia uno de los lados, de ésta manera tendrás 2 zonas, una de calor directo y otra de calor indirecto.
Esto es muy práctico para evitar que se te quemen los alimentos o para cocinar a fuego lento aquellos que lo requieran. Por ejemplo, los filetes gruesos necesitan cocinarse lentamente, así que puedes ponerlos en el punto medio de la parrilla.
Puedes añadir un trozo de madera o corteza para darle sabor a tus platos, ya que el humo de la madera le dará un toque ahumado muy bueno.
Consejos y procedimientos una vez terminamos de cocinar
Al terminar de cocinar, es el momento de darle mantenimiento a nuestro equipo de cocinar, y créenos que es mucho mejor limpiar la barbacoa justo después de cocinar que la siguiente vez que la vayas a usar (la suciedad no estará incrustada)
Limpiar la parrilla
La mayoría de las parrillas se fabrican con hierro o acero fundido cubierto de porcelana, lo que evita que los filetes se queden pegados.
Sin embargo, muchas veces se queda algún trocito pegado que debe limpiarse. Asegúrate de que la parrilla no esté caliente y límpiala con un cepillo de fibra metálica.
Usa guantes para no mancharte las manos con los restos de carbón que pueda tener (mancha muchísimo)
Limpieza de las cenizas
Llegamos a una parte en la que hay que actuar con precaución y extremando las medidas de seguridad.
Hay que limpiar las cenizas que se han generado al cocinar, pero no debemos hacerlo inmediatamente, como es evidente, las cenizas estarán todavía muy calientes y puede ser peligroso.
Como norma general, deberíamos dejar reposar las cenizas 12h antes de intentar manipularlas, para darles tiempo a que se enfríen de forma natural.
Si tu barbacoa tiene un recipiente para las cenizas, si al tocarlo aún está caliente, déjalo más tiempo para que se enfríe, ya que si lo manipulas corres el riesgo de quemarte o provocar un incendio.
Puedes sentirte tentado de apagar las brasas con agua, pero no te lo recomendamos para nada. El agua reacciona químicamente con el carbón y produce óxido de sodio y óxido de potasio, lo que acortará la vida de tu barbacoa ya que provocan corrosión.
Si quieres hacerlo, saca las cenizas y las ascuas de la barbacoa y hazlo en una superficie segura y que no te importe manchar, además, asegúrate que no hay cerca ningún material inflamable.
Conclusiones
Como ves, es muy sencillo utilizar y mantener correctamente una barbacoa de carbón si tienes unos conocimientos previos sobre la materia, que no te asuste ya que con la práctica cada vez lo harás mejor y de forma más mecánica.
Si quieres, puede echarle un ojo a nuestra sección sobre barbacoas de carbón para más información y ver modelos que puedan interesarte.